El ojo seco es, después de los problemas visuales por errores de refracción, la enfermedad más frecuente tratada por los oftalmólogos (sin ir más lejos, todos los editores de con buena salud hemos sufrido, en alguna ocasión, esta patología).
Muchos asocian esta enfermedad a la falta de lágrimas, pero en realidad uno de los síntomas del ojo seco es el lagrimeo. El ojo seco es, por lo tanto, una enfermedad que produce que la película lagrimal no sea estable. Dicha película lagrimal está constituida en un 90% por agua, el resto de los componentes son los encargados de que la película lagrimal alcance la debida tensión superficial y que está se extienda por toda la superficie ocular sin que la gravedad la arrastre hacia el párpado inferior, cosa que ocurriría si estuviese sólo compuesta de agua (para entender nos, la película lagrimal es como tener una sección de una pompa de jabón en nuestro ojo).
Composición de la película lagrimal
Las lagrimas están compuestas por:
- Agua en un 90%.
- Moléculas lipídicas y ácidos grasos, encargados de que la película lagrimal adquiera la tensión superficial necesaria (acordaros del jabón). Además se sitúan por encima del agua, en contacto con el aire, retrasando la evaporación.
- Proteínas que se sitúan por debajo del agua y sirven para “pegar” dicho agua a la superficie ocular, es decir, a la córnea y a la conjuntiva.
Por otro lado, también hay que saber que la película lagrimal es producida por unas glándulas y se va eliminando a través de las vias lagrimales, unos pequeños tubos situados junto al puente de la nariz y que dirigen las lágrimas a las fosas nasales.
Mecanismos para mantener en buen estado la película lagrimal
Los mecanismos naturales que permiten mantener la película lagrimal en un estado saludable son:
- El parpadeo : con el ojo abierto, una película lagrimal sana tiende a romperse aproximadamente cada diez segundos. La acción de parpadear repara dicha película evitando el problema del ojo seco).
- La regulación producción de lágrimas: la eliminación de la película lagrimal depende de muchos factores como la temperatura o el aire. En la conjuntiva y la cornea existen unas terminaciones nerviosas que detectan la sequedad del ojo, estimulándose desde el cerebro la producción de lágrimas en caso de necesidad.
Causas del ojo seco
Lo más normal es que la enfermedad del ojo seco no se produzca por una sola causa, sino que venga producida por la suma de varios factores, ya sean externos o internos.
Entre los factores externos, que no dependen de nuestro ojo, podemos mencionar, el calor, el viento, la calefacción, el aire acondicionado, estar situado junto a un ventilador, el humo, la contaminación del aire, la sequedad del ambiente, el uso de lentillas (el ojo seco es la causa principal de la intolerancia a las lentillas), la utilización de determinados colirios y la ingesta de medicamentos como diuréticos, beta bloqueantes, antihistamínicos, pastillas para dormir, ansiolíticos, o calmantes para el dolor. Para tratar la mayoría de estas situaciones bastará con utilizar lagrimas artificiales de vez en cuando.
En cuanto a los factores internos, causados por una patología propia de nuestro ojo, encontramos:
- Alteraciones del parpadeo: si la frecuencia de nuestro parpadeo no es suficiente o el ojo no se cierra totalmente cuando dormimos, el ojo se terminará secando.
- Alteraciones del componente acuoso de la lágrima: las glándulas que segregan las lágrimas pueden verse afectadas y no generar la suficiente cantidad de agua. Es típico que al envejecer se presenten cuadros de sequedad en los ojos y otras mucosas (garganta, nariz, etcétera). El 75% de las personas mayores de 65 años sufren de ojo seco. Los cambios hormonales que sufren las mujeres con la menopausia o el embarazo, también afectan a la producción acuosa de las glándulas. Por otro lado, existen enfermedades que producen una acusada falta de lágrimas, como por ejemplo la artritis reumatoide, el lupus o el llamado síndrome de Sjögren (que se caracteriza por producir inflamación y resequedad en la boca, los ojos y otras membranas mucosas).
- Alteraciones del componente graso de la lágrima: esta es la causa más frecuente en personas jóvenes. Cuando falta este componente la lágrima se rompe y evapora rápidamente. Muy frecuentemente la causa es una enfermedad llamada blefaritis o inflamación crónica del borde de los párpados.
- Alteraciones del componente proteico de la lágrima: es una alteración poco frecuente que sólo se suele dar cuando el ojo está afectado por otras patologías como quemaduras oculares, conjuntivitis, etcétera).
- Mala regulación de la producción de lágrimas: puede ocurrir que los nervios que avisan al cerebro de que el ojo está seco no funcionen correctamente. La enfermedad denominada anestesia corneal, que sufren personas a las que se les puede tocar la córnea casi sin que lo noten, es la causa más frecuente de esta patología. También la diabetes y el herpes zoster pueden producir este efecto.
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