Cualquier persona que toque dos zonas que se encuentren a diferente potencial eléctrico, dado que el cuerpo humano no es un mal conductor de la electricidad, será traspasada por una corriente eléctrica que intentará buscar tierra para poder dispersarse.
Así, por ejemplo, si por error tocamos un cable pelado con los dedos o cualquier otra zona de nuestro cuerpo y nuestros pies están descalzos, podemos sufrir una descarga eléctrica intensa. No obstante, el riesgo de sufrirla es menor si en ese momento llevamos un calzado con suela de goma, un material que es mal conductor, de la misma manera que también lo son el papel, la madera, el plástico o el vidrio. La razón es que la corriente ya no encontrará salida hacia tierra.
Daños físicos tras sufrir una descarga eléctrica
Los daños que puede causar una descarga eléctrica pueden variar dependiendo de su duración e intensidad. Desde simples quemaduras hasta contracciones musculares, parada cardiaca y respiratoria, edema cerebral, arritmia, membranas celulares rotas seguido de una liberación masiva de sustancias en la sangre y en consecuencia insuficiencia renal, etcétera.
Cómo prevenir el riesgo de sufrir una descarga eléctrica
En los hogares resulta crucial la prevención para disminuir el riesgo de sufrir una descarga eléctrica. Las viejas instalaciones deben renovarse, así como los enchufes rotos y los cables pelados.
Nunca hay que desenchufar los electrodomésticos y aparatos eléctricos tirando del cable, y para limpiarlos hay que desenchufarlos previamente. Si cambiamos una bombilla es conveniente cortar la electricidad. Tampoco debemos reparar equipos eléctricos si no somos expertos en la materia.
El agua es un elemento que aumenta la probabilidad de poder sufrir una descarga, por lo que nunca se deben manejar enchufes o tocar interruptores eléctricos con las manos mojadas. No hay que colocar nunca maquinillas de afeitar, secadores o radios cerca de la bañera. Si utilizamos secador para secarnos el pelo o nos vamos a afeitar, debemos hacerlo vestidos, debidamente calzados y secos.
Cómo socorrer a un electrocutado
Si somos testigos de un accidente eléctrico hay que ser conscientes de que si tocamos a la víctima nosotros también podemos electrocutarnos.
Si el electrocutado sigue pegado a la fuente de electricidad y por cualquier causa no han saltado los plomos o el diferencial eléctrico, lo primero que hay que hacer es cortarlos de forma inmediata.
Si no tenemos acceso al cuadro eléctrico o no sabemos dónde está, deberemos separar a la víctima aislándonos muy bien del suelo (a tal efecto podemos utilizar una alfombra o una manta doblada, o una pila de periódicos) y separándola de la fuente con utilizando un objeto no conductor totalmente seco (por ejemplo una silla de madera, el palo de madera de una escoba o un trozo de caucho, obviamente nunca debe utilizarse un objeto metálico).
Después de esto es bastante probable que el electrocutado se encuentre en parada cardiorrespiratoria, por lo que habrá que reanimarle según se explicó en los artículos reanimación cardiopulmonar de adultos y reanimación cardiopulmonar de bebés.
Aunque la persona que ha sufrido la descarga solo parezca mareada y que únicamente tiene quemaduras superficiales, deberemos llamar al 112 porque existe la posibilidad de que la descarga haya provocado daños internos no visibles.
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